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Mostrando las entradas de noviembre, 2011

Palabras Incoherentes

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La inspiración me brota cada que pienso en él, Sabiendo que no le interesa más mi dulce miel; Miel que brotó de mi piel sin querer Desde la última vez que lo besé. Cuándo sucedió, me dediqué a imaginar Dulces momentos que ahora sé, jamás sucederán Pues su mirada refleja el brillo De otra que lo logró conquistar. Sigo siendo la misma forastera Que se equivoca al conjugar el verbo amar La misma que busca respuesta en una estrella fugaz, Respuesta que nunca llegará.   La tristeza me gobierna cada vez que el no está, Aunque sus pensamientos los gobierne otra Su voz tranquiliza este corazón que insiste en esperar Porque se arriesgó esperanzado en volver amar. Tonto el corazón, porque no sabe cómo jugar Las trampas que tiene el destino Para hacerle llorar, Ciego es el amor, porque no ve la realidad.   Yo vivía mi monotonía tranquila, Sin esperar lo que soñé cuando lo vi pasar por primera vez, Pero todo cambió

Tonta inspiración

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Hoy me encuentro en un abismo de inciertos, He vuelto a escribir recordando aquel beso, Llorando en silencio, Callada me ausento. Arriesgué la vida normal que llevaba Con el propósito de ganar mi ilusión tan esperada Y sin saber cómo… Perdí, tal vez por una mal jugada. Su indiferencia tortura, Su independencia infunde dudas, Sus caricias inciertas Desespera mi paciencia Y tira una piedra para que vuelva a tropezar Esperanzada de que esta ilusión se haga realidad. Tonto corazón, Que espera respuesta De un ser sin compasión. Tonta la razón Que intenta hacer comprender Al músculo vital del cuerpo Que se entregó sin saber que volvería a sentir… Sí sentir, Sentir agonía, un agudo dolor Una punzada cada que escucha su voz Tonto corazón, Que intento dominar un sentimiento Que nació bajo una inesperada ilusión Por culpa de una mirada Que solo buscaba satisfacción. Tonta inspiración, Renaces a ca

Devuelta al purgatorio...

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Pasé muchos años exiliada en el purgatorio del amor, creyendo que era el infierno donde me encontraba divagando a la sentencia que me condenaron cuando era vulnerable con aquel que no me amo.   Recorría las calles caminando sin dirección, y miraba al cielo esperanzada de ver el sol, pero el cielo era gris oscuro, como en los días de un cruel invierno. Había frio, llovía sobre mojado, y no había flor que adornara el camino que me sacaría de este purgatorio.   Iba desesperada, ya sin lágrimas, y tope con una pequeña puerta entre abierta y un pequeño rayo de sol, me atreví a cruzarla a condición… En el camino sin rumbo, bajo el cielo gris, sin saberlo, sanaron heridas de muerte; aquel corazón débil que habitaba en mí, se fue haciendo fuerte y tonto a la vez, pues rechazó ofertas de sinceros sentimientos, y aceptó aquellas que solo prometían satisfacción.   Creí que por ver una estrella fugaz, se había cumplido mi sueño escondido estando con aquel que apareció sin notificación… Pero