Palabras Incoherentes
La inspiración me brota cada que pienso en él,
Sabiendo que no le interesa más mi dulce miel;
Miel que brotó de mi piel sin querer
Desde la última vez que lo besé.
Pues su mirada refleja el brillo
De otra que lo logró conquistar.
La misma que busca respuesta en una estrella fugaz,
Respuesta que nunca llegará.
La tristeza me gobierna cada vez que el no está,
Aunque sus pensamientos los gobierne otra
Su voz tranquiliza este corazón que insiste en esperar
Porque se arriesgó esperanzado en volver amar.
Para hacerle llorar,
Ciego es el amor, porque no ve la realidad.
Yo vivía mi monotonía tranquila,
Sin esperar lo que soñé cuando lo vi pasar por primera vez,
Pero todo cambió desde que me atreví a besarlo
Aquella tarde, de aquel nublado mes.
Vuelvo a leer lo que acabo de tatuar en papel
Y percibo que quizás nació un sentimiento,
Que el tiempo está matando,
Solo es la incertidumbre de saber qué es lo que está pensando.
Sólo quiero recuperar la alegría que existía en mi
Antes de arriesgarme a vivir fantasías sin inicio y sin fin.
Pero si solamente debo de ignorarlo,
Iniciaré desde el momento que termine de tatuarlo en este papel.
18:17 horas.
“No aclaro este punto por guardar esperanza,
Aunque sea lo último que se pierde en esta vida de constante mudanza,
Si a causa de mi indiferencia le infunde alguna duda,
El efecto será la misma tortura que yo callada agonizaba en este mundo sin censura,
Porque esta forastera irá diez pasos adelante sin que el pasado nuble las cosas nuevas
Que le ha regalado la vida a recompensa de lo que arriesgo sin importar de lo que sucediera…”
Sabiendo que no le interesa más mi dulce miel;
Miel que brotó de mi piel sin querer
Desde la última vez que lo besé.
Cuándo sucedió, me dediqué a imaginar
Dulces momentos que ahora sé, jamás sucederánPues su mirada refleja el brillo
De otra que lo logró conquistar.
Sigo siendo la misma forastera
Que se equivoca al conjugar el verbo amarLa misma que busca respuesta en una estrella fugaz,
Respuesta que nunca llegará.
La tristeza me gobierna cada vez que el no está,
Aunque sus pensamientos los gobierne otra
Su voz tranquiliza este corazón que insiste en esperar
Porque se arriesgó esperanzado en volver amar.
Tonto el corazón, porque no sabe cómo jugar
Las trampas que tiene el destino Para hacerle llorar,
Ciego es el amor, porque no ve la realidad.
Yo vivía mi monotonía tranquila,
Sin esperar lo que soñé cuando lo vi pasar por primera vez,
Pero todo cambió desde que me atreví a besarlo
Aquella tarde, de aquel nublado mes.
Vuelvo a leer lo que acabo de tatuar en papel
Y percibo que quizás nació un sentimiento,
Que el tiempo está matando,
Solo es la incertidumbre de saber qué es lo que está pensando.
Ya no quiero escribir recordando momentos insólitos
Ya no quiero sentir sentimientos extraños, Amor si tengo que
admitir…Sólo quiero recuperar la alegría que existía en mi
Antes de arriesgarme a vivir fantasías sin inicio y sin fin.
Si para lograrlo debo de admitir amarlo,
Es algo que no puedo confirmarlo…Pero si solamente debo de ignorarlo,
Iniciaré desde el momento que termine de tatuarlo en este papel.
Mariela Reneé García Vélez
Noviembre 30, 201118:17 horas.
“No aclaro este punto por guardar esperanza,
Aunque sea lo último que se pierde en esta vida de constante mudanza,
Si a causa de mi indiferencia le infunde alguna duda,
El efecto será la misma tortura que yo callada agonizaba en este mundo sin censura,
Porque esta forastera irá diez pasos adelante sin que el pasado nuble las cosas nuevas
Que le ha regalado la vida a recompensa de lo que arriesgo sin importar de lo que sucediera…”
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